Arquitectos: Camilo Rebelo + Tiago Pimentel Ubicación: Vila Nova de Foz Côa, Portugal Superficie Total: 8.122 m2 Fecha: 2009 Fotografías: Claudio Reis
Para construir el Museo de Arte y Arqueología del Valle del Côa los arquitectos conectaron parámetros diferentes: la topografía, la accesibilidad y el programa. La fusión de estos aspectos fue muy importante para la definición del concepto: concebir un museo como una instalación en el paisaje.
La topografía fue crucial en estas decisiones ya que tuvo que lidiar con una enorme diferencia entre la entrada del museo y el interior del edificio. La llegada se realiza en la parte superior de esta topografía, una de las razones para crear una plataforma, una terraza, un mirador – el escenario frente al paisaje enorme e impresionante, con montañas y valles.
La llegada se transforma en un momento de contemplación, la entrada al museo. La estrategia, en relación a la topografía, es natural, lo que significa que la plataforma asume el mismo nivel de la calle y termina en el edificio, mientras que el terreno desciende a lo largo de los muros laterales que muestran, en el alzado frontal, la altura total del volumen.
En el nivel superior del terreno, la forma triangular monolítica es un resultado directo de las confluencias del valle. Este cuerpo triangular que sucede en la línea media de los dos valles, frente a ellos (Valle de José Esteves y Valle do Forno) – el tercer lado se enfrenta al cruce de los ríos Duero y Côa.
Su materialidad evoca los patios de piedra local y refleja dos naturalezas distintas: la materia del hormigón y la textura de la piedra local y el color. Por la expresión de la construcción se decidió utilizar los hormigones elaborados con pigmentos pizarra (piedra local) y la textura del hormigón se realizó con varios moldes que fueron extraídos directamente de las rocas existentes.